Bitacora de vuelo, bitacora de vida.

Te recordamos que en este sitio no presentamos novedades, aquí se busca la trascendencia. Por lo que te invitamos a revisar cada una de nuestras entradas, las cuales no solo han marcado un momento histórico para quienes las concibieron sino que nos ayudan a vislumbrar lejanos horizontes. Bienvenido.

viernes, 27 de noviembre de 2015

sábado, 26 de septiembre de 2015

viernes, 19 de junio de 2015

domingo, 1 de marzo de 2015

Dias de hachís y alcohol de Iñarritu en España

Madrid
Luz de día. Parque del Buen Retiro. Madrid. Despierta El Negro, algo desorientado. Los propietarios del piso de Pinar de Chamartín, donde se quedaban él y su pandilla mexicana, eran los padres de su amigo El Voska. El trato era que se podían quedar tres días. Terminaron quedándose meses. Pero cuando los progenitores de Alberto Remírez, El Voska, venían, tenían que partir. No había fondos para un hotel. El Negro era un chico de 19 años al que sus padres habían bautizado Alejandro. Sus apellidos: González Iñárritu [el hoy multipremiado con el Oscar por Birdman]. Entonces solo era un chico morenísimo, pelo ensortijado y dientes blancos enormes que ni soñaba con escribir las mejores páginas del cine contemporáneo. “Dormí mucho al raso… Comíamos atún y pan”, ha dicho González Iñárritu de ese momento. El Voska añade más detalles de las penurias: “Eran momentos en que llegamos a recoger tomates o limones del suelo”... “Robó comida”, describe el respetado escritor y periodista mexicano Guillermo Osorno. Pasan hambre. Lo peor de dormir con el cielo por sábana era el amanecer. Fundido a blanco.
[Crónica reconstruye, con sus mejores amigos, el viaje iniciático de González Iñárritu en 1983, sus penurias, sus locuras acompañado de sus “cuates”, quienes le acompañarían toda la vida… ].
Llega a Madrid
Calle Caleruega. Noche. Verano de 1983. Un grupo de despendolados muchachos mexicanos llega al barrio de Pinar de Chamartín. Se caen por el whisky y las cervezas. Horas antes habían elegido entre comer y beber. A JimmyEl Voska y El Negro se les mueven las esquinas. Están en pleno viaje iniciático. Por Europa y África, aunque casi todo su periplo se viviría en España. La mayor parte en Madrid. Se perderían entre Malasaña y Sol. Con sus amigos, con los que crecería, a los que sigue abrazando. El portero del edificio descubre a Jimmy y a El Negrodurmiendo en el sofá de la entrada. Los otros habían optado por dar cabezadas en un coche. Les comienza a correr a escobazos.
Flashback. Acapulco. Un chico moreno, chilango [así llaman a los oriundos del DF mexicano] escapa con una bellísima chica de origen hebreo. Adolescentes ambos. Suena en su cabeza Elton John como música de fondo [Theme: “The First Kiss”]. “Qué les importaba el mundo si tenían amor, sol y estrellas”. Esta frase resumía la idea de la película que inspiró a Alejandro González Iñárritu en su primera huida. Era Friends de Lewis Gilbert [de 1971, titulada en España Algo más que amigos, con banda sonora de Sir Elton]. Lo cuenta así Osorno: “La correría de González Iñárritu abarcó una semana en Acapulco, una romántica noche de despedida y un pedregoso regreso a Ciudad de México que desembocó en una amenaza de muerte cuando su novia volvió a casa y el padre la desheredó”.
José Álvarez, íntimo amigo de González Iñárritu, y como él, director de cine y de radio, me cuenta más detalles: “El Negro, la neta [verdad], tuvo una vida amorosa complicada. Y eso que entonces era tímido pero grande, alto. Conquistó varias novias. La que tú refieres creo que era una muchacha judía llamada Lizette. Se escapó con ella y fue un drama familiar. Sufrió. Fue una relación tormentosa. La familia de ella no lo quería, al Negro. Lizette era guapa, de pelo castaño, de tez blanca. Me acuerdo porque yo salía con su amiga chilena, Carmen. La novia de Alejandro vivía en la colonia de San Ángel, barrio aristocrático… Éramos niños. Eran otros tiempos”.
Escapando en barco
Las habladurías dicen que después de este romance fue expulsado del colegio, que también hubo una mujer mayor por medio... Ninguno de sus amigos rememora esto. Pero sí que comenzó una travesía en buque y carreteras varias. Primero hizo una exploración de dos meses, con entre 17 y 18 años, en un barco. Partió desde el puerto de Tampico. “Fui en un pesquero, fregando suelos. Así crucé el Atlántico y llegué a Barcelona”, ha relatado Iñárritu, hablando siempre sucintamente de este asunto. Tenía menos de 400 dólares que le sirvieron para ver España y querer volver. Así sería.
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Junio de 1983. Los mejores amigos de González Iñárritu estaban despidiendo al único de ellos que se podía pagar sus billetes de avión. Era El Voska, clave en este viaje. “El día que yo me iba a Madrid, pues ellos saldrían días después en barco, al estar en el control, los que estaban en inspección de documentación me dicen que traía vencida mi cartilla militar y no iba a poder viajar. Yo pensaba, “nunca lo voy a arreglar a tiempo”. El Negro me dijo: “Yo conozco a alguien”. Comenzó a correr. Lo seguimos por el aeropuerto y nos saltamos los filtros de seguridad. Los militares nos seguían. Llegamos a una oficinita donde estaba un oficial responsable. “Así que ustedes son los que se han saltado los filtros. ¡Arrestados!”, nos dijo. Eran cargos graves, delitos federales contra la aviación. El Negro entonces primero actuaba, después pensaba. Todos nos íbamos presos… Pero finalmente, apareció un conocido que nos rescató. ¡Ese día se iba a acabar nuestro viaje!” Finalmente, El Voskavoló 24 horas más tarde. “El Negro y Jimmy Zambernardi irían en un buque con destino a Bilbao. Salieron del puerto de Veracruz”.
Discoteca Pachá. Medianoche. Cerca del metro Tribunal, Madrid. El Shadow [sombra en inglés] y Calavera están en la entrada. “Nos íbamos la siguiente mañana. Yo ya no tenía ni una peseta. Era nuestra despedida. De pronto siento un brazo. El Calavera lo ve y está a punto de golpearle. Le detengo”, lo dice nostálgico, Carlos Clausell, apodadoShadow. “Reconozco a El Negro y a Jimmy”. Se apretujan. “Somos amigos desde chamacos [pequeños]. Le había enviado cartas para que viniera, pero no las había recibido. Fue pura casualidad”. Se perdió el viaje del día siguiente. Siguieron juntos por meses gracias a El Calavera. Nadie lo confirma pero sería hijo de un conocido narcocolombiano. Sin amigos, hizo una alianza tácita con estos mexicanos de piel cetrina y buena labia. Se convirtieron en una hermandad con el colombiano como su banquero. Los charritos se arruinaban día sí y día también. Se completa la pandilla salvaje: El NegroShadow, Jimmy, Calavera, Voska, El Gallo [Javier Curiel]...
Más aventuras se suceden
Toman por asalto las discotecas de moda. E incluso, como completa Osorno, “[Iñárritu se] pelea con homosexuales que quieren forzarlo a tener sexo”. Locuras en la nocturnidad de su odisea.
El Negro se hace muy amigo de El Calavera. De repente insinúa que lo genial sería irse en coche a Ámsterdam. ¡Y compra un coche!”, relataShadow. Desde Madrid, pasando por Francia, Bélgica... Hay nubes en la memoria de los involucrados por el tiempo transcurrido y, quizá, la mezcla de alcohol, hachís, maría y falta de sueño. Las fechas y destinos —País Vasco, Levante, Navarra...— son cuasi imposibles de determinar, si acaso que era 1983. Todos los entrevistados cruzan tiempos y momentos. Se vuelven a quedar sin dinero. Nada de nada. Y se dirigen a La Torre de Esteban Hambrán, un pueblo de Toledo.
La policía los comienza a perseguir. “Se había corrido la voz de que éramos gángsters. Teníamos la apariencia, claro. Pero como El Negroes extremadamente simpático, consiguió trabajo en la vendimia”. Se puso a pisar uvas y ganar dinero.
La separación de El Calavera fue en la frontera con Marruecos. Acababan de ver “crueles peleas en Ceuta” [Osorno, dixit]. Y ésta era una escala. Lo dejaban atrás y quedarían en reencontrarse en Torremolinos en unos días. En su ruta entran en un país muy distinto al actual. “Cuando había mucha gente en un bus, los bajaban a martillazos. Nos asaltaron varias veces con cuchillos. Felizmente, El Negro se escondió nuestros únicos 30 dólares en sus tenis”, asegura elShadow. “Nos salvó un comerciante de cerámicas que nos invitó a un palacete que tenía en Marrakech, en pleno Ramadán”. Él, la astucia y el humo del hachís fueron sus mejores aliados.
Acaban por contratar de bailarín a González Iñárritu en una discoteca de Torremolinos. “Se pone a moverse como Michael Jackson y moja a toda la clientela VIP”, dura apenas horas en el puesto. El final de las esperanzas de sus amigos. Acababan de regresar de Marruecos. Comenzaba la búsqueda de El Calavera. “Pasamos la noche ensleeping bags [bolsas de dormir] cerca de Puerto Banús, ya nos habíamos acostumbrado a dormir sin techo”. Hallaron al colombiano en una calle de fiestas. Celebraron el reencuentro. Poco después se iría. “No lo volveríamos a ver y eso que lo buscamos”. Es el único desaparecido hoy de la pandilla salvaje de Madrid.
El regreso
“Mi madre lloraba como María Magdalena”, soltó González Iñárritu... Él detiene a un vecino apellidado Santaolalla del edificio de Pinar de Chamartín. Los mexicanos eran ya los más odiados del vecindario. Habían despertado a todos, intentado seducir a sus hijas —muy especialmente a Blanca, alias Brooke Shields—, desesperando al portero, quemando ruedas con el mítico Mercedes Benz del padre de su amigo El Voska... González Iñárritu y amigos habían perdido el barco de vuelta a México. Apelando a su encanto le pidió 2 mil dólares. “Le dijo que se irían a Nueva York con ese dinero. ¡Y se lo dio!” Volvieron a su vida en México. A construirla y reconstruirla… Su viaje más desconocido —ahora reconstruido a retazos— es quizá la mejor película no filmada de El Negro. La resaca de todo lo vivido. 
El viaje le cambió la vida
Epílogo. González Iñárritu quedó marcado por su experiencia española. Se lo confesó a sus amigos y hasta al psicólogo de su equipo de futbol.El Negro le entregó páginas y páginas con sus dudas existenciales.Babel se filmó en parte en homenaje a su paso por Marruecos y Ceuta.Biutiful tiene por escenario Barcelona... Los miembros de La pandilla salvaje de Madrid son todos exitosos. Alberto Remírez, El Voska, es ingeniero. Es socio con Jimmy Zambernardi en un negocio de hoteles boutique. Carlos Clausell, El Shadow, es un renombrado artista multidisciplinar. El Gallo, Javier Curiel, es dueño de un poderoso bufete... “El viaje fue una transformación, la universidad de la vida. Aprendimos el valor del dinero. Entonces no había celulares salvadores”, dice Remírez... Cuando Iñárritu era ya un famoso locutor de radio, llevó a México a los más famosos grupos españoles: Nacha Pop, Danza Invisible y Radio Futura. Hubo un concierto con los primeros de 50 mil personas... En su filme Amores perros suena Nacha Pop, “Lucha de Gigantes”. “Me da miedo la enormidad/ donde nadie oye mi voz”.Y así...

lunes, 16 de febrero de 2015

Un amor de Paz (Horizonte)

Bona llegó a Nueva Delhi al terminar enero de 1963. En las semanas previas, las cartas de Paz hierven con una pasión similar a las de 1958, cuando preparaban su vida conyugal en París. El dolor de la decepción parece de hecho inflamarlas aún más. Esta visita, escribe Paz, decidirá “si cobraré cuerpo o me disolveré”.
No deja de recapacitar sobre la parte que le toca del desencuentro. Juzga que “pequé contra el amor”; que lo descuidó “por el mezquino juego de la literatura y la política” y, peor aún, siente que “me dejé llevar por la vanidad del que ya obtuvo lo que deseaba”. Ella prefiere esquivar los actos de contrición y propone que sean sus cuerpos los que se encarguen de purificarlos. Paz cierra los ojos y, cuando los abre, ya está de nuevo en los ojos de su amante.
Planea cuidadosamente la visita: pasarán febrero en Nueva Delhi, irán luego a Colombo para que presente credenciales. Ha ahorrado vacaciones para viajar a Angkor en Cambodia, irán de Bombay, en el oeste, a Puri, en el este, a los templos eróticos, a Nepal y a Cachemira... Él llevará un diario y ella podría ilustrarlo. Esos viajes llenan el itinerario de Ladera este y nutren la escritura en prosa sobre la India.
Luego de cuatro meses, Paz la despide en Kabul. De regreso, cruza el desierto sin idea fija, llega a Herat y realiza una “cura de silencio”. Mira obsesivamente los mismos rostros que se desmoronan y sin embargo experimenta un éxtasis de dicha ante los cielos y los árboles afganos.
Al llegar a su hotel en Delhi escribe la primera versión de “El balcón”, primer poema de Ladera esteBona / Dos sílabas altas / rodeadas de arena e insomnio. Se lo envía con un mensaje que lo apena: “¡tu imagen y tu persona se han vuelto inseparables de mí!” La visita no ha borrado la amargura. Si ella no se conoce a sí misma, ¿cómo podría conocer a otro? Solo puede actuar: “eres una persona que tú creaste para mi placer y, luego, para mi desengaño” y le reclama nunca haber hecho “un acto de contrición”. Escribe: te faltó cortesía (en el viejo sentido amatorio: “aristocracia del corazón”, dice La llama doble); fuiste incapaz de compasión. Para ayudarse a olvidar sin olvidarescribe poemas, como “Solo a dos voces”, y ensayos para ayudarse a entender, como “El camino de la pasión”...
Y sin embargo, cuando en octubre la embajada se muda a la casa del jardín, invita a Bona a inaugurarla: “¿Volveremos a vernos, a vivir juntos hasta la muerte?” Relacionar a Eros con Tanatos es cada vez más frecuente: tengo hambre de vida y también de morir, escribe. Soñaba con la suerte de Filemón y Baucis, los amantes que trascienden la muerte convertidos en árboles. Pero Bona no fue el filodendro, el árbol del amor, sino su nombre científico: monstera deliciosa, “planta parásita anudada a mi alma” (dice la versión íntima de “Perpetua encarnada”). Bona no fue Baucis, sino la Cintia de Propercio, tanto así que Paz busca en Delhi un orfebre para encargarle un anillo en forma de salamandra. La mejor síntesis de su tribulación encuentra su modelo en la pasión de Swann por Odette:
Ella lo fascina porque es inaccesible, no su cuerpo, su conciencia... Es infiel y miente sin cesar, pero si fuera sincera y fiel también sería inaccesible... ¿Odette existe realmente o es una ficción de su amante? Sí, es una presencia, un rostro, un cuerpo, un olor y un pasado que nunca serán suyos. La presencia es real e impenetrable: ¿qué hay detrás de esos ojos, esa boca, esos senos? Swann nunca lo sabrá. Tal vez ni la misma Odette lo sabe; no solo miente a su amante: se miente a ella misma.
Contra esa mentira nada se puede: la ama, pero “si volviese a ti terminaría por odiarte”. Bona quiere volver a la India, pero esta vez Paz resiste. En abril de 1964 tenía que recoger un premio en Bélgica y luego estaría en París: “en Europa decidiremos de una buena vez, frente a frente”. Al llegar a París en mayo, supo que Bona se iba a Venecia con Pieyre de Mandiargues. Y una mañana –“azar, destino, afinidades electivas”– se cruzó en la calle con Marie-José Tramini, a quien había conocido en Delhi años atrás y cuyo rastro había perdido. Era el 21 de junio, primer día del verano: la tomé de la mano... y volvimos al día del comienzo / el presente es perpetuo: en agosto anunciaron que se casarían y se fueron a Delhi.
En noviembre de 1965, Bona se fue a Juchitán con Francisco Toledo y un mes más tarde logró escaparse y volver a París. Al desempacar su vestido de tehuana vio las manchas de sangre y se puso a escribir La Cafarde (1967): “la violencia y ferocidad” de su amante culminaron un día aciago en el que “luego de cubrirme de insultos y golpes, cogió un cuchillo y se lanzó contra mí”...
Marie-José y Paz se casaron en enero de 1966.
Bona y Pieyre de Mandiargues volvieron a casarse en París y, en julio de 1967, tuvieron a su hija, Sibylle André Bona.
Paz terminó de escribir La llama doble en 1993: el amor, concluye, “es la suprema ventura y la desdicha suprema”. ~

viernes, 13 de febrero de 2015

El deshielo en Sarajevo

El deshielo suele ser más frío que una nevada, sale un sol que necesitas lentes oscuros, pero no calienta absolutamente nada.

la nieve comienza a derretirse y todas las casas escurren, todo el día están escurriendo y caen pedazos de hielo de los techos.


ya no hay más nieve, es puro hielo. Un frío que cala, un frío seco; justo al medio día la ciudad entera se convierte en un congelador.



G.V

miércoles, 14 de enero de 2015

Un amor de Paz (caída)

En “Estrella interior”, Paz describe el dibujo que le dio Bona para la portada de La estación violenta (Astros o peces brillan entre sus piernas / la sombra de los pájaros apenas oscurece su sexo); pero en el mismo poema la miró como un arma dormida y temible. Es la misma incertidumbre detrás del empleo de Arthémis como epígrafe de Piedra de sol¿eres el solo amante?
El amor no solo es ciego: enceguece. Los amantes “no piensan en la muerte o en la vida, en Dios o el diablo... Les basta con estar frente a frente y mirarse”, dice el Mensajero en La hija de Rappaccini (1956). Bona y Paz se instalan en París; ella pinta y teje sus cuadros, él trabaja en la embajada y escribe febrilmente. En vacaciones viajan a Córcega, Venecia, Sicilia, Ustica, o por trabajo a Nueva York: siempre llegan. Paz siente culpa ante André Pieyre de Mandiargues (PdeM), tan rey Artús. Admira su prudencia, pero siente que “es como Rappaccini”, que mezcla flores y ponzoñas en un raro jardín.
Estupefacto ante su dicha escribe que “se abre de par en par la vida”, o que “mi vida fluye parecida a la vida”. El renacer augurado por Piedra de sol se cumple: “eres la única mujer de la que realmente me he enamorado [...] me haz hecho salir de la pesadilla en que he vivido durante años”. El recorrido por esos días febriles se relata enSalamandra (1962), segundo acto de Piedra de sol: si Bonaes el sol que se levanta / yo soy el camino de sangre. Un sol despiadado: su cabellera es la tormenta, su vientre la respiración del mar, sus pechos las frutas del día y su belleza como el motín de los pobres. El géiser de imágenes y analogías solo cesa ante su vulva indecible: estrella negradonde se tocan los cuatro puntos cardinales.
Y bueno... Il n’y a pas d’amour heureux. Bona había conocido al joven pintor Francisco Toledo al comenzar 1961, lo presenta con artistas, lo promueve en galerías, le diseña la imagen, le pide a Paz que interceda para conseguirle hospedaje en la Casa de México. Y en abril de 1962, cuando Paz ya organiza su traslado con Bona a la India, ella le dice que no irá, que es amante de Toledo y se va con él a Mallorca. El golpe, escribe Paz, fue mortal.
En mayo, PdeM le escribe a Jean Paulhan: “sabrá usted ya quizás que Bona a changé de Mexicain. Ha dejado a Octavio con una prontitud que hasta a mí me ha sorprendido”. En junio, Paz debe ir a México para planear la apertura de la embajada en Nueva Delhi: lo asquea saberse en la boca de todos. Mientras, Bona regresa de Mallorca en catastrophe, averiada, y se refugia con PdeM. Le escribe a Paz, le pide perdón y le dice que todo fue una locura. Paz responde que “estoy vivo y muerto. Más allá solo está la muerte, o el muerto que yo soy desde abril”, escribe, “me asesinaron antes, me asesinaron unos muertos. La Diosa es ahora “el cuchillo del sacrificador”. ¿Habrá recordado Paz la etimología de Artemisa, artamein, la que trae la muerte? De nuevo, como ante Helena, se repite la paradoja de Antón de Montoro, “allí do piensa bevir / faze a mi solo morir”, y la glosa en México:
Come mis restos, sol del altiplano:
Yo estaba vivo y fui a buscar la muerte.
Bona logra que Paz piense en la reconciliación (que se explica luego en El mono gramático, 16). Por fin acepta verla en ruta a Nueva Delhi y convienen encontrarse en Estambul el 14 de agosto. Un día antes, PdeM le escribe a Paulhan que l’Indio de Bona vino a buscarlo, très nerveux: “Le aconsejé que se tatúe para verse bien y tener de qué hablar con el juez, si es que lo juzgan un día.” El 20 de agosto, luego de ocho días en Estambul, Bona viaja a Venecia y Paz a la India, en automóvil.
En Nueva Delhi el protocolo obliga al muerto a sonreír. A pesar de haber firmado “el Pacto de Estambul” –amistad y paciencia–, le escribe a Bona que “solo por un esfuerzo de la voluntad puedo seguir viviendo”. El mantra ahora es el de Catulo, odi et amo, y así lo reflejan las cartas: “te quiero cada día más”, comienzan; “tienes el alma podrida”, acaban. A fines de octubre, PdeM le dice a Paulhan que Bona se prepara “para una última bronca con Toledo”.
En diciembre Paz recibe ejemplares de Salamandra y lo lee entre el llanto pues “lo escribí a tu lado, por ti y para ti”. Reúne fuerzas para escribir de nuevo e inicia los poemas deLadera este; trabaja y hace yoga “con desesperación metódica” para agotarse y derrotar al insomnio. Bona le escribe que vive escondida por miedo a Toledo, y que “mi cama se calienta con tu recuerdo”. Paz le sugiere que se refugie en la India...
Y Bona acepta, y Paz se alegra, y a la vez teme: “Pasan los días, pasan las horas, tú no pasas: eres mi idea fija... A veces surtidor de alegría, gran oleada cálida de mi vida; otras, enigma que nunca descifraré y que estoy condenado a contemplar hasta el día de mi muerte.” Es el fin de año: meses antes, si extendía la mano cortaba racimos de verdades intactas; si lo hace ahora toca un cuerpo fofo el aire / un ser promiscuo sin cara. Odia y ama: ¿cuál de las dos Bonas llegará a la India, la Grácil Parvati o su reverso, la Terrible Durga?


Guillermo Sheridan 

jueves, 8 de enero de 2015

sábado, 3 de enero de 2015

Un amor de Paz

Todo lo que yo escribo es biográfico.
Mi poesía es mi otra vida.
O. Paz
Al Octavio Paz que teorizaba sobre el amor le intrigaba especialmente el segundo Idilio de Teócrito. “La hechicera” Simetha, inflamada de cólera y deseo por una pasión desventurada, celebra un ardiente conjuro para someter a su amante. “Amamos aquello que no estimamos y deseamos estar para siempre con una persona que nos hace infelices”, reflexiona Paz sobre ese Idilio: “En el amor aparece el mal: es una seducción malsana que nos atrae y nos vence.”
Un buen tramo de la poesía de Paz –de Semillas para un himno Ladera este– y no poca prosa –de ciertos ensayos literarios a La llama doble (que inicia en 1963)– están escritos bajo un hechizo similar y que también lo llevó del alto éxtasis a –como presagia Simetha– las “puertas del infierno”.
Paz conoció a Bona Tibertelli de Pisis (1926-2000) en 1948, en el círculo final del surrealismo parisino, recién llegada de Venecia y ya de la mano del escritor André Pieyre de Mandiargues (PdeM). Era vital y creativa y sumamente hermosa. La admiraba Breton, la retrataba Man Ray, la quería Ungaretti que, ante sus collages tejidos de conchas, algas y mandrágoras, evocó a las Parcas “guardianas de la vida y obreras de la muerte”. En el apogeo de su pasión, Paz también miraría en ella a una Diosa cruel: su arte corta la realidad en dos mitades como un pecho tajado con el cuchillo de Artemisa y luego se inclina sobre esas entrañas y las interroga.
Bona y Paz se desentrañaron e interrogaron durante una década. En 1951, PdeM le escribe a Jean Paulhan que Pazc’est un grand poète y hombre d’une bonté énorme; Paz lo divierte, y a su esposa, narrando sus afanes taurinos. Antes de viajar a Nueva Delhi por primera vez, en 1951, Paz mira en el vientre de Bona las alas del águila y la viste de Huasteca. En 1953 PdeM y su hermano Alain visitan como cada año a su madre, que vive en Ginebra, y Paz los recibe, y más a Bona: La vi una tarde y una mañana y un mediodía y otra tarde y otra y otra. Una de esas tardes, interrogaron al I Ching, que pronosticó duración pero advirtió que había riesgos; los dos seres desnudos y abrazados los asumieron como Abelardo y Heloísa. Había convenio de infidelidad consentida entre ellos y sus cónyuges, pero aun así pensaron fugarse juntos. Los detuvo el amor que le tenían a PdeM, Rappaccini que observaba en silencio sus amores (traducirá después la pieza, hermosamente). La amistad y las colaboraciones continúan: Paz promoverá siempre la obra de PdeM en español y él la de Paz en francés. Promueve el arte de Bona en galerías de México y Buenos Aires y ella ilustra en 1957 Aigle ou soleil? mientras él la describe en Piedra de sol:
...toda la noche llueves, todo el día
abres mi pecho con tus dedos de agua,
cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho
hunde raíces de agua un árbol líquido...
Si en Raíz del hombre (1937) Helena estaba muerta bajo el gran árbol de mi sangre, ahora Paz se revive bajo el chopo de agua de su amante...
En 1958, Bona y PdeM llegan a México para viajar y para que ella inaugure una exposición. Paz los acompaña en algunos paseos o viaja solo con ella. Una noche febril en Tecolutla –yedra del gemidorugidos de leona– deciden vivir juntos. Antes de volver a París, ella le regala el dibujo de una flor-vulva pisciforme que él pone en la portada de La estación violenta. A fines del mismo año, Paz va unos días a París, cuyo rostro ya es el rostro de mi amor: la Mujer Presenciaque muestra y oculta la vida. ¿Y si la oculta como Melusina oculta a la sirena? No importa: ella es la salamandra de supurificación.
Antes de volver a México, le preguntó si estaba decidida a todo y dijo que sí, la Dama. Paz tramitó su veloz divorcio y se atareó en lograr un nombramiento en París. Ante la renuencia de sus superiores, se lo suplicó al presidente López Mateos. Por fin, en junio de 1959, se abrazó con Bona en la estación de Los Inválidos. Un mes después, ella pidió el divorcio a PdeM, que se lo concedió con tristeza pero con gallardía. En octubre de 1960 Paz anuncia a sus amigos que “Bona será en breve mi mujer”.
La pasión es ferozmente amorosa, erótica y sexual: Bona es Venus, Artemisa y Hécate a la vez. Por experiencia, Paz sabe que la Diosa tiene tres aspectos y lo confirma leyendo esos años a Teócrito, a Lucrecio y a Catulo (y a Erich Neumann). En la Bona Dea romana se esconde la Coatlicue mexicana y, en un instante, Párvati se convierte en Durga: toda Diosa es al mismo tiempo cuerpo del mundo, casa de la muerte. Bona se inflama de atributos en los poemas: el relámpago quieto, el ágata y el ámbar, el volcán y la gruta, la granada abierta, el águila y la mariposa, la vasija y el abanico. Y también es la que le abre el pecho al hombre... ~


Guillermo Sheridan