Lleva a la perfección los frutos de tus amados pensamientos y no pidas recompensa alguna por los nobles hechos que ejecutaste.
La recompensa está en ti. Tú eres tu juez supremo. Nadie nunca juzgará tu obra con la misma dureza que tú;
¿estás tú satisfecho, escrupuloso y selectivo artista?
Aleksandr Pushkin
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