
Caminaba por el centro de la ciudad cuando no muy lejana escuche la voz inconfundible de un trovador. Acaso uno de esos cantautores que por razones inexplicables llegan a ti y que con una impresionante mímesis te acompañan en los momentos más tristes y más felices del camino. Al reconocer la canción, casi como un niño salí corriendo al lugar en donde se llevaba a cabo el concierto. Entonando sus canciones recordaba las noches en que había velado pensando en aquellos amores de adolescencia, todos ellos con un sentido simple e ilusorio. Pero sobre todos los recuerdos vino a mi mente aquel momento en que por entonar una de sus canciones encontré un genuino amor, ese que traspasa tiempo y espacios, aquel que dura muchos días.
Recuerdo que comencé a musitar esa canción y sorprendido aquel amor me cuestionó
- ¿qué cantas?
- no creo que lo conozcas- respondí
- dime
- se llama “17 cuadras” y es de David Haro
- lo sabía, me encanta David Haro
La sorpresa de que los dos conociéramos y sintiéramos un afecto especial por ese desconocido compositor nos unió aun más. Escuchábamos juntos sus discos y nos aprendimos todas sus canciones. Le obsequie su música y creo que ahí empezamos a enamorarnos. Los días en que escuchábamos esas canciones dormíamos juntos en casas ajenas, veíamos la luna a las seis de la mañana y ella salía por el balcón a despedirme casi al amanecer. Así fueron los días de la más grande fabula terrenal que he vivido hasta esta hora.
Escucho a David Haro en este momento, lo vi cantar hace unas horas. Sé que comienza algo nuevo, acaso una nueva aventura.
Hasta nuestro próximo encuentro y gracias David…
Faeton G. Echevarria
cuantos son muchos dias?
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