Me di cuenta que la vida esta fuera de mis manos,
Que todo era revoltijos en un caos bien ordenados,
Que nada funciona, que todo te puede destrozar,
Como un pinche gusano con las tripas a reventar.
Eso es más que darse cuenta de lo que no será por siempre entre nosotros,
donde acostado la vida me vence y la muerte se hace pendeja,
la espalda me pica,
la mente perdida,
y esto último el testamento chorreante es lo que queda,
me desvanezco.
El incienso de mi alma se apoya levemente,
Mi espíritu de bandera fallece,
Así debe ser, cariño, mientras acaricio a la muerte por la cabeza,
En otra vida.
Susurro agotado,
Que lindos perritos, que tiernos son,
Solo los miro,
Suspiro nostálgico, no puedo llevarlos conmigo.
Ni siquiera puedo conmigo, mejor me voy a dormir.
Alejandro Barcelata
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